Cuando Rodrigo Lewin, conoció a Matías Zulueta pasaron toda la noche tratando de descifrar, cómo poder llevar la experiencia de Lewin de tener 10 departamentos de inversión en menos de 3 años, a todo el mundo.
Matías, con un lado social muy desarrollado, vio la oportunidad de educar a mucha gente por medio de la experiencia de Rodrigo.
Así nació el Challenge Inmobiliario y casi por coincidencia, en un pasillo mientras subian a un ascensor fue que Francisco Ackermann conoció a Rodrigo y Matías.
Francisco, que venía realizando contenido de educación inmobiliaria, se había fijado el objetivo de "llegar a 1 millón de personas con educación financiera" vio aquí un proyecto que lo podía ayudar con su objetivo.
Cuando veían que el interés por el Challenge Inmobiliario crecía y con más de 150 Challengers en la primera generación, el trío decide lanzar una segunda generación.
Uno de los alumnos inscritos para esta segunda generación era Jaime Villouta, quien ya tenía trayecto como emprendedor, quiso desafiarse y ver si una inversión inmobiliaria que tuvo había sido "un buen negocio".
Mientras recorría el desafío, descubrió que la metodología, las personas que había tras el proyecto era algo que tenía un gran potencial.
Y ahí radica el poder de The Power Challenge, en la sincronía de sus fundadores y en el sueño de llevar la educación financiera a todo el mundo.